La historia de Jesusa

Georgina Guadalupe Carbajal

Durante toda su vida, Jesusa se había dedicado a vender comida. Cuando era joven, y sus hijos apenas eran niños, tenía un local que le dejaba dinero suficiente para contribuir, junto con Víctor, su esposo, con los gastos de la casa.

 

Cuando Víctor murió, el hijo mayor, Alejandro, decidió mudarse con su familia a casa de Jesusa. Ella pensó que sería buena idea para evitar la soledad.

 

 Los primeros meses, aunque difíciles por la adaptación, parecieron normales para Jesusa. Sin embargo, un nuevo bebé llegaría a la casa y le pidieron que dejara su cuarto. Por lo que comenzó a dormir en un rincón que adaptaron, pero su espalda y sus enfermedades no la dejaban dormir.

 

 Alejandro y su esposa le pidieron que, en lugar de estorbar, ayudara en tanto caos.

 

 

Por la desesperación, Jesusa decidió tomar su viejo comal y salir a la calle para comenzar a vender. Aunque era muy cuidadosa y guardaba todas las recomendaciones.

Una vecina que la había visto, le preguntó por qué estaba allí. Jesusa le contó su historia.

 

Para Alicia, era evidente que algunas de las características del relato pueden ser maltrato y exponen a su vecina. Al día siguiente, cuando la vio, le recordó que podía pedir apoyo en la Línea Plateada (55) 5533-5533  y el Chat de Confianza del consejo de Seguridad y Justicia de la Ciudad de México

 

Línea Plateada (55) 5533-5533 y el Chat de Confianza del consejo de Seguridad y Justicia de la Ciudad de México