Confinamiento y violencia económica contra la mujer

Todo transcurría sin novedad; ya habían pasado dos meses desde que inició el confinamiento y en la familia cada vez nos comenzabamos a adaptar mejor a la nueva normalidad.

 

De pronto, Manuel, mi esposo, recibió un correo electrónico de su empresa en el cual le notificaban que a todos los colaboradores les reducirían su salario en un 30% para soportar las afectaciones económicas que ha dejado la emergencia sanitaria.

 

Esta situación nos causó mucho desconcierto, pues con el salario de mi esposo apenas nos alcanza para lo justo, y una reducción del 30% nos afecta considerablemente.

 

Sin imaginar que se presentaría esta situación, desde hace tiempo estaba considerando buscar un trabajo para sumar a los ingresos del hogar, pues lo que me da Manuel apenas alcanza para la comida y hay veces en las que quisiera comprar cosas para mi. Una vez que llegó la noticia de la reducción de salario de mi esposo, hablé con él para informarle que buscaría empleo.

 

Después de decir a Manuel cuáles eran mis planes, su respuesta fue algo que no me esperaba. Comenzó diciendo que si quería buscar trabajo, él ya no apoyaría en la casa, además, amenazó con no dar dinero para la comida mientras yo encontraba un empleo.

 

 

Las palabras de Manuel me afectaron, porque yo lo único que quiero es apoyarlo y que nuestros hijos tengan acceso a más comodidades. Pero ante la situación de que mis pequeños puedan quedarse sin comer, decidí desistir de cualquier intento por buscar empleo.

 

La violencia económica contra las mujeres se caracteriza por prohibir a la víctima que haga uso de su dinero, limitar sus compras, ocultar documentos importantes o apropiarse de los bienes del otro, esta pasa desapercibida porque no deja marcas en el cuerpo, sino heridas psicológicas severas ya que la pareja ejerce control a través del dinero.

 

Asi como el caso de Marcela, hay diferentes acciones que pueden derivar en violencia económica, tales como:

 

  • Negar el acceso a la independencia financiera
  • Control de ahorros conjuntos o propiedades
  • No compartir los costos y responsabilidades del cuidado y crianza de los hijos
  • Prohibir o sabotear la posibilidad de acceso a un trabajo remunerado
  • Utilizar datos de la pareja para operaciones financieras sin su consentimiento
 

Tanto en mujeres como en hombres, la violencia económica genera afectaciones como lo son:

 

  • Ansiedad y depresión
  • Limita las posibilidades de desarrollo personal de la víctima
  • Reduce las redes de contactos sociales (la mujer se limita al hogar y la familia)
 

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidad (ONU), uno de los peores estragos que dejará la emergencia sanitaria por Covid19 se presentará en la vida económica y productiva de las mujeres, ya que esta se verá afectada de manera desproporcionada y diferente a la de los hombres.

 

Es importante que las mujeres, al igual que los hombres, tengan acceso a la independencia financiera y al mercado laboral, ya que en todo el mundo las mujeres ganan menos, tienen menos probabilidades de ahorrar y tienen más probabilidades de tener un trabajo inseguro y de ser empleadas en el sector informal.

 

Finalmente, cabe recordar que el fortalecimiento e independencia económica de la mujer, es el factor clave para conseguir una sociedad igualitaria, el fin de la violencia de género y una mayor presencia de figuras femeninas en la los diferentes ámbitos sociales.