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Como el agua clara

Margarita Lignan Camarena

Qué fastidio con la maestra de cálculo que deja tanta tarea, ¿no ve que no sólo voy a la escuela?, tengo que trabajar… ¡Me choca!, si el bruto de mi papá no se hubiera ido a hacer su vida sin nosotras.”

 

-Uyy, mira nada más qué pechos más bonitos, parecen dos girasoles.

Pero qué asco, de tipo, cómo se atreve, yo ni quise nunca estos horribles pechos gigantes, los odio, sólo me dan problemas”.

 

Lo único que se le ocurrió a Clara fue caminar más y más rápido, casi rozando contra la pared, con los brazos atados sobre su pecho, esquivando la mirada lasciva y el sucio aliento cercano de aquel desconocido para quien ella era sólo un par de pechos.

 

A la mañana siguiente, se levantó temprano para hacerse un lunch pues eso de pasar de la escuela al trabajo sin comer, le daba jaqueca; se bañó de prisa, sin mirarse, casi sin tocarse, enojada con las formas curvas de su cuerpo y volvió a salir de prisa.

 

-Mira nomás que chula, bueno, como dicen, cuerpito de tentación y carita de arrepentimiento.

 

Descendiendo por las escaleras hacia el andén del metro, resbaló, dos, tres escalones; tuvo que sujetarse del barandal para no caer del todo, aquel tipo se acercó sonriendo maliciosamente para “ayudarla” y ella como siempre, se hizo bolita, quería desaparecer; él se fue riendo.

 

Bueno, sólo me retrasé unos 3 minutos, si corro en el transbordo, los recupero y llego a tiempo a clase, porque en inglés voy bastante atrasada.”

 

-Hoy Diosito está contento conmigo, mira amigo, una guardiana de la bahía, mira qué bonito se mueve toda cuando corre.

 

Malditos pechos, asquerosos pechos, los odio, los odio, juntaré dinero y me los voy a mutilar; juro que lo haré”.

 

No alcanzó a entrar al vagón de mujeres, el de en medio es mixto y le quedaba más cerca. Una mano rozó la suya, era ese tipo, siempre se llaman tipo, todos son el mismo, idéntico rostro, idéntica mirada, idéntico aliento; cambió la mano de lugar tres veces, se paró en un pie para ocupar menos espacio; el tren se detuvo en la siguiente estación y de pronto alguien jaló la palanca.

 

-¡Policía, policía!… Acá, en el vagón de acá…Mire oficial este hombre viene acosando a esta jovencita, dijo la mujer, una señora mayor.

 

Clara se quedó sorprendida, no sabía ni cómo reaccionar…

 

-Señorita ¿la están molestando?

 

-Sí, ya le dije que sí, yo soy su abuela; molestando no, acosando tal cual, mañosos estos.

 

Dos pasajeros más confirmaron los hechos. Lo sacaron, se lo llevaron; Clara sintió un alivio inmenso.

 

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-Mira mijita, no andes permitiendo que te pasen esas cosas; tú jala la palanca, grita, grita ¡fuego, fuego!, busca a alguien más, a otras mujeres, a casi todas nos ha pasado lo mismo y verán cómo ayudarte.

 

El llanto de la chica no pudo contenerse más.

  • Es que tengo un cuerpo muy voluminoso, asqueroso, me choca, pero no me visto provocativa ni nada…
  • No, no, ni me digas; si no tiene que ver con eso, tu cuerpo es precioso, te lleva y te trae de regreso, te deja abrazar y besar a los que quieres, te hace sudar frío para que detectes un peligro, te avisa que necesitas alimento. Tu cuerpo es hermoso, una maravilla, ¿por qué ibas a ocultarlo?… Tu mente mi niña tiene que ser clara, estas cosas ni las mereces ni son culpa tuya ni tienes por qué vivir con ellas; no te pongas en riesgo pero siempre busca ayuda… Pero sobre todo, no te enojes con tu cuerpo, no es ni sucio ni asqueroso; mira qué clara es tu mirada, llena de luz, de futuro, de buenas intenciones; yo te veo muy bella y llena de brillo, como las garzas que cruzan el pantano sin manchar sus alas. Si fueras mi nieta, hubiera pedido que te llamaras Clara, como el agua.

Según datos de un la Organización de las Naciones Unidas, las calles y el transporte público son espacios inseguros para siete de cada 10 mujeres, no obstante, únicamente una de cada 10 se atreve a denunciarlo.

 

Desde 1970 existe una separación de vagones exclusivos para mujeres y desde el año 2000 la medida se hizo oficial para los dos primeros vagones del metro.

 

En septiembre del año pasado el gobierno de la Ciudad de México lanzó la campaña “#Date cuenta es violencia” consistente en la difusión de carteles en espacios públicos con la finalidad de visibilizar conductas normalizadas que implican violencia contra las mujeres.

La Secretaría de las Mujeres de la CDMX recomienda diversas acciones inmediatas en el transporte público:

 

1. Acciona la palanca de seguridad para que el personal de la estación te auxilie.

2. Si te encuentras en el andén, en las escaleras, pasillos, torniquetes o cualquier zona dentro, grita pidiendo ayuda y solicita apoyo del personal de seguridad.

3. Al recibir ayuda, solicita de inmediato que te den apoyo de los Módulos “Viaja Segura” más cercano.