El acoso se acusa

No había mayor desesperación para Azucena, que tomar el camión a las 6 de la mañana, para ir a la preparatoria. Era apenas su segundo año, pero la desmañanada y la distancia no eran su preocupación.

 

Al principio, sólo evitaba subirse a las combis pues, durante su primer año, uno de los choferes con quienes se encontraba, comenzó a decirle “muñeca” y pedirle que se sentara junto a él.

 

A Azucena le daba miedo, así que ahora no viajaba en ninguna combi. Sin embargo, poco le duró el gusto, pues en el camión, tampoco estuvo tranquila.

 

Todos los días se subía un señor que no parecía entender lo de la sana distancia. Siempre veía por largo rato a Azucena, luego tomaba su celular y parecía que le tomaba fotos.

 

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Azucena intentó de todo, llevar una falda más larga, ponerse doble suéter, aunque hiciera calor, incluso iba despeinada, pero nada funcionaba. Azucena no le había dicho a su madre porque, de alguna forma, pensaba que ella lo provocaba.

Pero ya se habían acabado sus opciones, Azucena le contó a una de sus amigas y le dijo que no era normal, ni su culpa. Le contó que otras alumnas de la prepa se quedan de ver para ir juntas.

Además de buscar redes de acompañamiento, las mujeres que sufren tocamientos o les toman fotos y video sin consentimiento, pueden llamar a la Línea de Mujeres 5658 1111 para realizar su denuncia.