¿Cómo le hago para explicarle?
Hace días salí a comer con mi amigo Paco y me contó que Sofi, su hija de 5 años, le dijo regresando de la escuelita que habían estado aprendiendo qué son los valores pero que no había entendido nada de lo que era la “sodidarirididad”, él intentó de muchas maneras explicarle pero por las caritas que puso Sofi, supo que seguía sin quedar claro. ¡Qué complicado! ¿Cierto?
La solidaridad es, en palabras simples, esa acción de dar, ayudar y apoyar a otra persona que vemos o sabemos que lo necesita sin esperar que nos devuelvan esa acción.
Así definida no suena tan complicado pero recordemos que ellas y ellos aprenden y replican todo lo que ven y hacen en casa, por lo que (más que explicarles un concepto) hay que llevarlo a la práctica en la vida cotidiana para que lo aprendan y adopten.
Pero, ¿cómo hacerlo? Te compartimos algunas ideas:
- Antes que otra cosa, en sus primeros años, es vital que el niño o la niña reciban de mamá y papá, amor, cuidado y empatía puesto que estos, entre otros elementos, serán la base para que ellas y ellos, se relacionen de manera sana con las y los otros.
- Pon el ejemplo, sí, recuerda que son como esponjitas que todo absorben así que tú también practica la solidaridad, por ejemplo, visiten a personas de la tercera edad o si ves a alguien que tiene problemas en el súper con sus bolsas, ayúdale.
- Enséñales a compartir y donar, ¿sabes de alguien en su escuela que no lleva lunch? Platícale la situación y si está en tus posibilidades, mándale una manzana o un sándwich extra para que se lo dé. ¿Alguna chamarra ya no le queda? Seguro hay alguien en la comunidad a quien le puede servir, regálenla. ¿A alguien se le olvidaron sus colores? Anímala o anímalo a que en esos casos comparta los suyos.
- Voluntariado, ya sea en alguna organización o en tu misma comunidad, enséñales a participar en actividades por el bien de otros, uno de los más populares es el cuidado y protección de animales, recolección de basura o actividades de reforestación.
También, hay cuentos para ellas y ellos, que pueden ayudar a reforzar lo que hacen día con día, léeles y encuentren similitudes con esas veces que hayan sido o puedan practicar este valor.
“Y a todo esto, ¿para qué sirve ser solidarias y solidarios? Pues nos ayuda a generar lazos y compromiso con las y los otros miembros de los espacios en los que estamos, y eso es una de las claves para mantenernos más seguros.”.