¡Identifícala y actúa!
¿Qué es lo primero que pasa por tu mente cuando escuchas hablar de violencia física? ¿Crees que cachetadas, pellizcos, los famosos “zapes”, jalones de cabello o pequeños empujones lo sean?
Pues lamentablemente sí; hay conductas que no precisamente terminan en tragedia pero sí son violentas porque ocurren constantemente y en el fondo tienen la intención de hacer daño o dominar a la otra u otro.
La Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia dice que la violencia física es el uso de la fuerza física para provocar daño no accidental, es decir, siempre se ejerce con la intención clara de hacer daño y puede o no ocuparse un arma u objeto que provoque lesiones internas, externas o ambas.
En ocasiones ésta puede presentarse en modo de juego o broma por lo que se considera como algo “normal”, pero si no se para la violencia desde las primeras manifestaciones (que a veces parecen inofensivas pero no lo son) entonces sí, el panorama puede pintar bastante negro para la víctima, llegando incluso a originar la pérdida de una vida.
“El violento siempre tiene un pretexto para justificar lo que hace, ¡no lo permitas!“.
Comenzar poniendo atención en las violencias cercanas que nos afectan nos ayuda mucho a construir ambientes pacíficos.
Y tú, ¿has sido víctima o has manifestado violencia física en contra de alguien? ¡Cambiemos nuestros entornos!