La fuerza de la red

La fuerza de la red

Margarita Lignan Camarena

El asalto a la señora Jovita fue como dicen: “la gota que derramó el vaso”, porque ella ya es mayor, no sabemos exactamente su edad, pero seguro sí tiene más de 80; ella vive nomás de la venta de sus dulces y de la pensión que le da el gobierno, y un día, así como ya nos había pasado a varios de los vecinos, le salió un malandrín por la espalda, poniéndole en el cuello un cuchillote para quitarle el poco dinero que llevaba para pagar su luz. ¡Esas cosas no se valen! La señora Jovita es además diabética y ya te imaginarás que se puso bien mala tras el susto. Ese día la pobre se quedó llore y llore sentadita en la banqueta, no se podía ni parar, hasta que salió la señora Luisa, la de la pollería y la ayudó.

 

Como te cuento, ya a varios vecinos nos había pasado, de verdad que ya era incómodo hasta ir a la tienda después de las 7 de la noche, porque capaz que nos asaltaban. Todos los vecinos nos quejábamos del gobierno, de lo mal que está el país, de la mala suerte que nos tocó, de no ser gente de lana y de tener que vivir por acá, donde hay mucho maleante; bueno, aunque sí sé que los hay en todos lados, pero total que un día mejor decidimos organizarnos.

 

La primera que nos convocó a una reunión vecinal de seguridad fue la señora Luisa precisamente, pegó sus letreros por todos lados y nos juntamos en el parque, ahí nos pusimos de acuerdo para hacer unas brigadas y elegir un vecino por cuadra que se encargara de andar reportando al 060 situaciones que nos parecieran que podían favorecer los asaltos, como: falta de las luminarias de la calle, alguien sospechoso que estuviera tomando fotos a las casas, bueno hasta plantas o árboles que llevaran mucho sin podar y donde los rateros se pudieran esconder, baldíos sin bardear y así. Como te digo, estábamos hartos por lo que varios vecinos se ofrecieron para vigilar su cuadra, entre ellos yo.

 

Hicimos un chat y, bueno, qué te digo, no paraban los avisos y las quejas, yo ya me andaba arrepintiendo de haberme metido en eso. Entonces me puse a buscar en internet si había testimonios de redes vecinales de seguridad, para ver si habían encontrado una forma más sencilla de hacerlo, y ¿qué crees?, resultó que sí; me sorprendió que incluso buscaron a la policía de proximidad para que colaborara con ellos. Yo luego, luego me dije: «Ah de ser falsa esta noticia Manuel, todos sabemos que los polis están coludidos», pero luego me acordé que Neto, el primo de mi esposa, es policía y es bien profesional, nunca ha andado en nada chueco, al contrario, todo el tiempo anda viendo a quién ayuda hasta en sus días de descanso; así que le llamé y me dijo que buscara el módulo de policía de mi cuadrante, que entendí que era como el que más cerca me quedara.

 

Qué te digo, así le hemos hecho, ellos se comprometieron a trabajar con nosotros, los incluimos en el chat, y sí ha sido más fácil, porque ellos saben a dónde canalizar cada queja; además ajustaron sus rondines y andan dándose sus vueltas en las zonas donde ha habido más quejas, incluso de riñas o de venta ilegal de alcohol, por ejemplo. Eso sí, te aclaro que no les pasamos como se dice “su lanita”, a ellos también les ha convenido el acuerdo, porque como esta era una zona rete peligrosa y la delincuencia se ha disminuido, principalmente lo de los asaltos en la calle, así que sus mismas autoridades se han interesado y andan viendo cómo llevar el mismo modelo a otros barrios peligrosos.

 

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Jamás me imaginé que policías y ciudadanos pudiéramos colaborar, neta los veía como enemigos, pero ahora los apreciamos, al menos a los que colaboran con nosotros que como te digo, son los de proximidad; los conocemos por su nombre y hasta les compartimos un “lonche” de vez en cuando.

 

Con esta experiencia aprendí que todas las dificultades encierran una oportunidad, ya sé que la mayoría de las personas piensan que la seguridad proviene de las autoridades y que sólo debemos exigirla, pero yo pienso que de aquí a que eso pase… Mis vecinos y yo, acordamos una buena opción: construir una red que hoy es nuestra mayor fortaleza