Ainhoa Suárez Gómez
Nos juntamos en casa de mis papás a ver el futbol. Los ánimos estaban divididos porque no todos le íbamos al mismo equipo. Mi hermana, pambolera de corazón, se sentó delante de la televisión para no ser distraída. Minutos antes de que acabara el partido el árbitro marcó una jugada que dividió las opiniones: ¿era falta o no? Mi hermana explicó las razones por las que la decisión del árbitro era la correcta, pero antes de acabar su argumento, fue interrumpida por mi primo.
—No Rosa, lo que pasa es que tú no entiendes. Eso no era falta.
—¿Perdón? —le respondió ella apartando la vista de la pantalla.
—Sí, es que ustedes las mujeres luego no saben mucho de futbol —le dijo.
—Jorge, que yo sea mujer no determina si sé o no de futbol. Yo, como cualquier otra persona, puedo investigar del deporte que me guste. Me parece que no es cuestión de género.
—Sí, yo sé, pero es que nosotros que hemos jugado fut desde chicos, les podemos explicar —respondió él condescendientemente.
—Jorge, lo siento, pero el árbitro marcó bien la jugada. Además, lo que acabas de hacer tiene nombre, se llama “manxplicar” y no está bien que lo hagas —dijo ella.
—¿”Manxplicar”? ¡Ustedes, las mujeres, ya no saben ni qué inventar! —reviró Jorge.
—Se trata de esta actitud en la que el hombre siente la necesidad de explicarle a una mujer algo sin que ella lo pida, bajo el entendido de que ella no sabe del tema.
—Si yo sólo quiero ayudarte —le preguntó.
—Esto no es ayudar porque yo no te pedí que me explicaras y tú has asumido que hay ciertos temas en los que yo, por ser mujer, no tengo conocimiento —dijo mi hermana.
—Te pido una disculpa, no quise ofenderte —terminó Jorge. —Te acepto la disculpa. Me parece que son cosas con las que hemos crecido y tenemos que aprender a identificar para no repetir. Por cierto, te recomiendo mucho el libro de Rebeca Solnit, Los hombres me explican cosas. A mí me ayudó mucho para entender este tema.
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Después del altercado familiar, yo corrí a comprar el libro que había recomendado mi hermana. Es una serie de ensayos que hablan de distintas formas cotidianas de desigualdad entre mujeres y hombres. Ahí aparece la palabra “manxplicar” o “mansplaining”, que combina man (en inglés «hombre») y explaining («explica»), y que refiere a las situaciones en las que un hombre, desde una mirada paternalista, cree que debe explicarle algo a una mujer porque asume que sabe más que ella. En español, hay quienes usan la palabra “machoexplicación”, para referirse a este tipo de condescendencia masculina.
Estas palabras nos ayudan a identificar prácticas en las que la relación entre hombres y mujeres no es igualitaria. A través de ellas podremos trabajar en cuestionar esos pequeños actos cotidianos para trabajar en favor de una sociedad en la que ambos géneros convivamos desde un lugar de paridad y respeto mutuo.