Escrito por: La redacción

¿Por qué son necesarios los diagnósticos participativos para hacer prevención y construir seguridad ciudadana?

El éxito o fracaso de una política de seguridad –especialmente si su objetivo es la prevención de la violencia— enmarcada en el concepto de seguridad ciudadana dependerá en gran medida de que ésta sea elaborada bajo un enfoque territorial y multidimensional, y para lograrlo, es necesario un diagnóstico participativo.

El primer paso en la elaboración de cualquier política pública es la definición del problema o situación indeseable. Una vez que éste se tiene identificado, el investigador o el funcionario público se vale de diversas herramientas cualitativas y cuantitativas que le permiten hacer una radiografía de la situación indeseable en cuestión: un diagnóstico.

La dificultad llega, como sucede a menudo, cuando los involucrados en el diseño de la política tienen visión parcial sobre la realidad que enfrentan los distintos actores que participan de la situación indeseable que se quiere atender, lo que puede derivar en que se lleven a cabo hipótesis de causalidad que no necesariamente explican el problema y, por ende, que pueden derivar en un mal diseño de política (Bardach, 1998).

Si se quiere abordar un problema, se debe conocer su dimensión, características y causas, y para ello podemos valernos de distintos tipos de diagnósticos y que estos sean realizados con los actores locales, para garantizar un mejor entendimiento de los problemas y, en consecuencia, la elaboración de políticas más efectivas (CESUP, 2014).

Para diseñar una política pública efectiva de prevención de las violencias es necesario conocer a profundidad las condiciones que la determinan en territorios específicos, en otras palabras, es necesario conocer los procesos culturales, sociales, urbanos y económicos que motivan la problemática. Empero, los datos empíricos, cuantitativos o cualitativos, como otros recursos de investigación, suelen ser limitados, principalmente en ámbitos territoriales altamente desagregados (colonias/agebs),  dificultando la comprensión de las violencias y sus expresiones particulares.

Es en todo este terreno de entendimiento de los problemas de violencia y del diseño de estrategias para prevenirlos, donde la formulación de diagnósticos participativos se vuelve una herramienta esencial.

Además, un diagnóstico participativo ofrece la ventaja de que los líderes locales y la comunidad se involucran en el diseño de estrategias desde su concepción, lo cual fomenta su activo interés y participación en la implementación de estas estrategias. Esto, al hablar de políticas de seguridad ciudadana y de prevención de violencia, toma particular relevancia, pues se trata de problemas complejos donde pueden intervenir múltiples causas, variables y actores que interactúan simultáneamente entre sí.

Por lo anterior, este tipo de diagnóstico considera la participación de líderes, actores locales, instituciones públicas, organizaciones privadas y miembros de la comunidad, y como un objetivo secundario, busca generar consensos entre ellos. El diagnóstico debe ser un espacio de diálogo, en donde se incorporen y escuchen las voces de todos los grupos que hacen vida en la comunidad; es una oportunidad para fortalecer la organización comunitaria, crear compromisos que faciliten la construcción de soluciones y generar cohesión social (Quintero, 2012).

El diagnóstico participativo asume como desafío no sólo arrojar luz sobre un problema de inseguridad o de violencia, sino contribuir a discernir problemas subyacentes o que, incluso, no son identificados como problemas por la propia comunidad. En otras palabras, este tipo de diagnóstico permite hacer visibles situaciones indeseables que, dentro de la comunidad objetivo, han aceptado como naturales o normales o, incluso, que no habían sido contempladas por el investigador en un principio.

En conclusión, los diagnósticos participativos son fundamentales en la prevención y construcción de seguridad ciudadana porque (ONU-Habitat, 2009):

  1. Se enmarcan en la idea de que las causas de la violencia y la delincuencia se reconocen y solucionan mejor cuando se entiende que la población es parte tanto del problema como de la solución, y que su responsabilización es clave.
  1. Hacen énfasis en el protagonismo de los actores y de la comunidad afectada, por una parte, y en un ejercicio colectivo de “construcción” de soluciones: la población apoya y se apropia de una política cuando la entiende.
  1. Aseguran representatividad y confiabilidad en las informaciones, así como visiones variadas y consensuadas sobre cómo abordar los problemas.

De acuerdo con la Guía para la prevención en barrios del Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, la experiencia de intervenciones preventivas exitosas destaca lo fructífero que es involucrar a los actores locales en un proceso de construcción colectiva de un diagnóstico, especialmente a jóvenes, porque con frecuencia son los principales victimarios y víctimas de la delincuencia y, por ende, los principales beneficiarios de la prevención (ONU-HABITAT, 2009).

Finalmente, algo que es importante tener en cuenta si se pretende utilizar esta herramienta en el diseño de políticas de prevención de violencias y de seguridad, es que un buen diagnóstico participativo toma tiempo; algunos autores señalan que éste requiere de no menos de cuatro a seis meses, según la experiencia internacional, si se parte de cero (Shaw, 2001; FESU, 2008), aunque, evidentemente, dichos tiempos pueden variar dependiendo del nivel de recursos que se tengan para llevarlo a cabo, el tamaño del territorio, población objetivo, entre otros.

Referencias y Bibliografía

– CESUP, (2014). Hacia una cultura de la prevención: Guía para la intervención local. Centro de Seguridad Urbana y Prevención. México 2014. Consultado en: http://derecho.uahurtado.cl/web2013/wp-content/uploads/2013/06/haciaunaculturadelaprevenci%C3%B3n.pdf

– ONU-Hábitat y Universidad Alberto Hurtado, (2009). Guía para la prevención local: Hacia políticas de cohesión social y seguridad ciudadana. Santiago de Chile: 2009.

http://repositorios.unes.edu.ve:8080/jspui/bitstream/123456789/251/2/
Diagnostico%20comunitario%20participativo.pdf

– Shaw, Margaret (2001). The role of government in community safety. US Department of Justice, Bureau of Justice Assistance an CIPC. En – ONU-Hábitat y Universidad Alberto Hurtado, (2009). Guía para la prevención local: Hacia políticas de cohesión social y seguridad ciudadana. Santiago de Chile: 2009.

-Quintero, Gladys (2012). Diagnóstico comunitario: Una herramienta para conocer nuestra realidad y transformarla. Serie Formación en Convivencia Solidaria y Seguridad Ciudadana Publicación N° 2. Universidad Nacional Experimental de la Seguridad (UNES). Venezuela, 2012.

– Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana, Sinasec (2006). Guía metodológica para formular diagnósticos participativos y planes locales de seguridad ciudadana. Perú, 2006.

-Bardach, Eugene (1998). Los ocho pasos para el análisis de Políticas Públicas: Un manual para la práctica. Centro de Investigación y Docencias Económicas (CIDE). Primera edición, marzo de 1998.

Last modified: septiembre 26, 2019