La mesa de la paz
Si tienes más de un niño o niña en casa, sabrás que los conflictos entre ellas y ellos son el pan de cada día: que si alguien arrebató un juguete, que si no le presta la pelota aunque es su turno, que los o las mayores no quieren jugar con los y las menores porque dicen que “destruyen todo” o “no saben jugar”, en fin.
Como madres y padres, todos tenemos nuestras técnicas para dar solución a estas situaciones, pero si no encuentras la manera de ayudarlos a resolver conflictos, hoy te vamos a platicar de una excelente opción.
La mesa de la paz, es un lugar físico dentro de tu casa en donde tus hijas e hijos pueden aprender a identificar y manejar sus emociones y así, resolver problemas que se les presenten, tanto con otros como con ellos mismos.
¿Cómo hago una mesa de paz?
Es muy simple: es indispensable que la mesa se encuentre en un área común de tu casa, como la sala, un patio, el área de comedor, etc., pero de ser posible, no hay que colocarla en donde el niño duerme; el decir una mesa es simbólico, si tienes la posibilidad de proporcionarle una mesita y sillitas de tamaño infantil, ¡perfecto!, pero si no, puedes utilizar una manta con dos cojines, el punto principal es que el lugar sea cómodo y exclusivo para este fin.
La mesa de paz deberá tener algunos objetos que ayuden a los niños y niñas a relajarse:
- Uno o dos relojes de arena de al menos 1 minuto
- Un objeto relajante como una pelota anti estrés, un jardín chino, un mandala para colorear, una flor o un trozo de manta
- Una campana
¿Cómo funciona?
Primero, se le explica al pequeño o pequeña que a ese sitio puede ir cuando se sienta triste, enojado o tenga algún conflicto con otros. Es importante que todos en casa sepan que cuando alguien está sentado ahí, no se le molesta y que por ningún motivo puede ir obligado, la mesa de paz deberá ser un lugar tranquilo y relajante al que iremos por voluntad propia.
Si un día tu hija o hijo se encuentra molesto o molesta, puedes invitarlo a la mesa y dejarlo que se calme con algún objeto que lo tranquilice, el reloj de arena puede ser una gran opción; este ejercicio servirá para que pueda identificar sus sentimientos y cuando se sienta mejor, pídele que suene la campanita que se encontrará ahí.
En dado caso, si las niñas o niños en casa tienen un conflicto, la mesa les será de gran ayuda. Ten en cuenta que siempre tú o algún adulto deberá fungir como mediador, pero no como juez. El objetivo es que ellos mismos encuentren la solución.
Las reglas para esto son simples: cada infante tendrá su turno para expresar lo que siente, para ello, tomará el objeto relajante mientras habla (la pelota, la flor o el trozo de manta) y pueden usar el reloj de arena para establecer un tiempo, una vez que llegaron a un acuerdo deberán tocar la campana en señal de paz.
Ojo, seguramente las niñas o niños en algún momento “acusarán al otro”, y es ahí cuando tienes que guiarlos a buscar soluciones en lugar de culpar.
“Poco a poco verás que tu pequeña o pequeño, logrará solucionar conflictos internos y los que surjan con otros, incluso con los adultos y así, le estarás enseñando una manera pacífica de enfrentarse a situaciones complejas”.
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