Esto también es nuevo para mi

Esto también es nuevo para mi

Ainhoa Suárez Gómez

Yo sabía poco sobre el embarazo. Tenía conocimiento básico de lo que pasaba durante esos meses, pero nada más. Por eso, cuando me enteré que Lorena estaba embarazada me emocioné mucho, pero también sentí algo de miedo. Era un proceso completamente nuevo para los dos. Había escuchado sobre lo importante que era acompañar a la mamá y a el o la bebé durante estos meses, pero no sabía cómo hacerlo.

 

Lo primero que hice fue empezar a leer sobre el tema. La situación comenzó a tomar forma cuando acompañé a Lorena a su primer ultrasonido. Entendí que era un proceso compartido, aunque los dos lo vivíamos desde lugares diferentes. Platicar sobre nuestras impresiones, emociones y miedos hizo que la experiencia se volviera algo más cotidiana.

 

Después de los primeros meses, empecé a acompañar a clases de parto. Yo nunca había asistido a una sesión similar. Tenía ideas acartonadas que me venían de películas que había visto como los ejercicios físicos, muchos de ellos sobre una pelota gigante, pero nada más. En esas sesiones los dos aprendimos a respirar, a demostrar apoyo con un apretón de manos, a tranquilizarnos con palabras de aliento.

 

Supe que además del trabajo emocional, parte indispensable de mi chamba era ayudar en cosas concretas de la casa. Me involucré más en la cocina y empezamos a salir a caminar juntos por las tardes. Eso ayudaba a Lorena a dormir mejor. Además, aprendí a que los masajes en la espalda y los pies podían aliviar sus dolores.

 

El día que llegó nuestra hija a nuestras vidas nos tomó por sorpresa. No sólo porque nació antes de lo esperado, sino también porque todo lo que había imaginado sobre el proceso sucedió de manera completamente distinta. Lo confieso: sentí un poco de angustia, pero entendí que era normal tener esa sensación ante lo desconocido. Los libros que había leído me habían preparado un poco para este momento, pero no había forma de saber cómo reaccionar ante las situaciones concretas. Poco a poco aprendí a que mucho lo tendríamos que ir descifrando en el camino, pero que en equipo todo sería más fácil.

 

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Hoy en día el proceso de la maternidad y la paternidad es distinto al que vivieron nuestras madres y padres. Hoy sabemos que muchas de las funciones antes atribuidas exclusivamente a la madre, son una responsabilidad compartida. Además, hemos podido aprender que es trabajo tanto del padre como de la madre crear un ambiente familiar basado en la afectividad y el respeto. Ver la experiencia de la crianza desde una óptica participativa nos permitirá dejar atrás estereotipos de lo que se asume es el rol de la mujer y el hombre, para trabajar en favor de una sociedad colaborativa e igualitaria.

 

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Ana López Ramos, “Paternidades corresponsables. Un acercamiento a las nuevas masculinidades”, en Amaltea. Consultoría en Igualdad de Género, 15 de marzo de 2021.