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La violencia que viví, no la quiero para mi familia

Llegó el día que -desde hace algunos años- mis padres tanto esperaban, o al menos eso parecía por las palabras que me decían. Hoy, con 26 años recién cumplidos, dejaré el hogar en el que crecí y aprendí gran parte de los valores y comportamientos que me definen como persona.

 

Te preguntarás por qué dije “gran parte de los valores y comportamientos”, y no todos. Te cuento un poco:

 

Durante mi infancia, recuerdo que muy frecuentemente mi padre llegaba de madrugada por andar cotorreando con sus cuates, mientras que mi madre se pasaba todo el día cuidando de mi hermana menor y de mi. La mayoría de las veces, mi papá solo hacía un poco de ruido y nos despertaba, pero había algunas ocasiones que se pasaba de copas y comenzaba a gritarle a mamá, incluso llegó a jalonearla.

 

Más adelante, cuando cursaba el tercer año de secundaria, papá se quedó sin empleo. Los primeros meses no sentimos tanto el despido de mi padre, pues con el finiquito que le dieron alcanzaba para cubrir los gastos del hogar y de la escuela.

 

Pasaron más meses y mi padre no lograba encontrar trabajo. Esta situación para él era muy complicada y se notaba su intranquilidad a simple vista.

 

Por esas fechas, un nuevo ciclo escolar estaba por iniciar y mamá habló con mi padre porque había que comprar las listas de útiles de mi hermana y la mía. Al enterarse de esto, él se exalto de sobremanera y de nuevo empezaron los gritos hacia mi madre. En esta ocasión, mi padre no logró controlar sus emociones y terminó por darle una bofetada.

 

 

 

Al ver la agresión de mi papá contra mi madre, quedé en shock y por el temor de también ser golpeado corrí a mi habitación. Después de esto, papá no volvió a golpear a mamá, pero nunca dejaron de estar presentes los gritos e insultos.

 

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Ahora que estoy por iniciar una nueva vida con mi pareja, y que nuestro plan en un futuro es formar una familia, trataré de prevenir y evitar las situaciones de violencia que viví con mis padres; y para lograrlo, creo que es necesario fomentar una relación basada en el respeto, amor y comunicación.