La construcción de mi seguridad y la de mi familia también está en nuestras manos

 Ernesto logró alejarse del ambiente de inseguridad en el que comenzó a vivir una vez que perdió a sus padres. Su tío, Moisés, lo llevó a vivir con el a su barrio dónde también vivían sus primos Miguel y Marcos.

 

A Ernesto le encantaba leer y soñaba con estudiar una carrera de Arquitectura. Desafortunadamente, a su tío sus ingresos no le permitían pagar los estudios de él, Miguel y Marcos, ya que apenas alcanzaba a cubrir las necesidades básicas de la casa. Por lo que, los tres debían comenzar a trabajar para empezar a solventar sus gastos personales.

 

“Los primos”, Miguel y Marcos, salieron a buscar trabajo “rogándole a Diós que no encontraran”, ya que creían que en cualquier empleo percibirían un sueldo muy límitado como el de su padre, pues apenas tuvieron la oportunidad de concluir la secundaria. Así que prefirireron ganarse la vida de una manera más fácil, aunque más riesgosa.

 

Nadie sabía en qué andaban Miguel y Marcos, pero siempre lucían alhajas, rolejes y celulares nuevos. Por su parte, Ernesto comenzó como “chalán” en el taller mecánico que se encontraba en el barrio, y con el tiempo logró aprender este oficio.

 

Al pasar de los años, Ernesto conoció a Rocío, con quien formó una familia y tuvieron dos hijos varones. A partir del nacimiento de su primer hijo, él se esforzó aún más para que a ellos nos les faltara nada y pudieran tener el acceso a los estudios que él no tuvo; pero sobre todo, para que no corrieran el riesgo de tomar un mal camino como “los primos”.

 

Hoy en día, Ángel y Víctor – los hijos de Ernesto y Rocío -, son dos profesionistas que lograron concluir sus estudios tal y como soñaba su padre.

 

La historia de Ernesto nos demuestra que, pese a que en ocasiones nos enfrentamos a múltiples adversidades, tener una buena toma de decisiones eleva la posibilidad de contar con un mejor desarrollo, que nos brinde mayor seguridad para nosotros y nuestras familias, aunque esto implique mayor esfuerzo y tiempo. Por lo tanto, es importante fomentar en las nuevas generaciones el valor del trabajo, esfuerzo, perseverancia y tolerancia a la frustración.

 

Como madre o padre, es importante saber que cuando un joven, ya sea hombre o mujer, se desarrolla dentro de una familia dónde hay un cuidado respetuoso, se inculcan valores, se fomenta una verdadera comunicación y se garantizan sus derechos fundamentales, como el acceso a la educación, disminuye la posibilidad de que desarrolle conductas violentas o delictivas que pongan en riesgo su seguridad.

 

A continuación te comparto algunos tips que te ayudarán a fortalecer tu familia:

 

  • Manten una comunicación abierta, amable y sincera con cada miembro de tu familia
  • Acepta a cada miembro de tu familia tal como es y respeta sus opiniones
  • Enseña a tus hijos e hijas a participar en las actividades del hogar, recuerda que barrer y cocinar no son actividades que solo deban realizar las mujeres.
  • No hagas nada que no te gustaría que tus hijos aprendieran. Recuerda que se predica con el ejemplo
  • Enseña a tus hijos e hijas valores y actitudes positivas

 

Y tú, ¿de qué manera fortaleces tu ámbito familiar? Compartenos tu experiencia en nuestras redes sociales. ¡Queremos leerte!.