Vivir y convivir desde la diversidad

La diversidad y la inclusión en las comunidades

Cuando se habla de diversidad, probablemente lo primero con que lo relaciones sea aquello que es diferente a lo que eres, piensas y/o haces y esto, en muchas ocasiones, puede causar rechazo y exclusión, generalmente porque lo desconocido nos causa angustia y miedo, sin embargo, si reconocemos la diversidad, podemos enriquecernos y enriquecer nuestras relaciones.

 

El reconocimiento de la diversidad va aparejado con respeto la identidad propia (por ejemplo edad, personalidad, opiniones o actitudes) y colectiva (nacionalidad, idioma, creencias o tradiciones) de las personas. En ambas dimensiones, la identidad reúne una serie de características y particularidades en las que una persona se reconoce a sí misma y a otros integrantes de su comunidad.

¿Sabías que desde el año 2001, el 21 de mayo se conmemora el Día Mundial de la Diversidad?

La inclusión se puede practicar desde las actividades cotidianas. En nuestras relaciones de convivencia con los demás podemos emprender acciones que favorezcan la no discriminación y que reconozcan la diversidad como un rasgo enriquecedor de las sociedades interculturales como la nuestra.

Tres acciones para la inclusión

  • Descubre cuáles son los elementos de tu cultura con los que te sientes más identificado. Para reconocer diversidad cultural, hay que conocer la propia.
  • Conoce tradiciones y expresiones artísticas de culturas diferentes a la tuya. Puedes visitar museos, obras de teatro, celebraciones típicas, entre otros.
  • Promueve y participa en intercambios de conocimientos y prácticas tradicionales.

 

Las acciones realizadas desde el respeto a la diversidad permiten fortalecer los vínculos entre la comunidad, incentivando la creación de una ciudadanía inclusiva que genere cohesión social.