El cuidado y educación de las hijas e hijos

El cuidado y educación de las hijas e hijos

Cuestión de amor, no de género

El cuidado y educación de las hijas e hijos

Cuestión de amor, no de género

 

Por generaciones, pensamos y aprendimos que lo que tenga que ver con el hogar, es “cosas de mujeres”: hacer la comida, lavar, planchar, salir a hacer las compras, tener la ropa lista y en buen estado, la limpieza de los espacios, atender a los integrantes de la familia y por supuesto, la educación y el cuidado de las hijas e hijos.

 

También aprendimos, por otro lado, que el papel de los hombres en casa es sobre todo, tener un buen empleo para pagar las cuentas pero también arreglar las descomposturas o proteger a la familia de peligros, como de un intruso, por ejemplo.

 

¿Pero qué pasa en estos tiempos en los que la mayoría de las mujeres y los hombres salen a trabajar para mantener a sus familias? Comparten gastos pero, ¿también responsabilidades como lo es el cuidado de las y los hijos?

 

Ariana, de 31 años, vive con Joaquín, de la misma edad. A ella, siempre le inculcaron que al formar su familia debía de hacerse cargo del trabajo de la casa y del cuidado de las y los hijos, independientemente de si contaba o no con un empleo.

 

Hace 1 año, la pareja recibió a su primer hijo y Joaquín, en todo su derecho, decidió participar activamente en su crianza y cuidado. Cuando él le hizo saber a Ariana que también quería hacerse cargo de bañar al bebé, cambiarle los pañales, atenderlo en las noches y estar para cuidarlo en cada etapa de su crecimiento, inevitablemente ella comenzó a sentirse insegura: ¿pues éste qué cree?, ¿que no puedo o qué?, ¿qué va a decir mi familia?, ¿seré mala madre?,  ¿y si no sabe cuidar a un bebé?, ¿y si le hace algo?…

 

Al principio es complicado dejar creencias y hábitos que hemos guardado y practicado por mucho tiempo, sin embargo, que el hombre participe en la crianza y las tareas del hogar, puede traer beneficios para todos.

 

Al dejar que el papá esté presente y se involucre activamente en el cuidado y educación de las y los niños, estos crecen con una mejor autoestima, están más motivadas y motivados a explorar el mundo y desarrollan mejores habilidades sociales que los que no tuvieron un papá involucrado en su crianza.

 

Además, los padres que están en cada etapa de crecimiento cumpliendo su rol como cuidadores, establecen vínculos muy importantes y especiales con sus hijas e hijos, lo que ayuda a reducir el riesgo de que a futuro estos tengan algún problema con el consumo de alcohol, drogas o conductas que violen la ley, porque al tener este vínculo, es más probable que busquen el consejo de un adulto a la de un par, en una situación que consideren difícil.  

 

Por otra parte, las mamás también salen beneficiadas puesto que pueden destinar tiempo para su desarrollo individual y profesional porque disminuye la carga de trabajo en el hogar, viven menos estresadas al no estar a cargo de todo y mejoran notablemente su salud física y emocional.

 

 

“Recuerda que el cuidado y educación de las y los hijos, es una responsabilidad de dos; no tiene que ver con géneros, ni tampoco con tratar de ser el o la buena del cuento. Tanto mamá como papá, deben establecer límites y brindarles seguridad, cuidados y amor a sus hijas e hijos, y sobre todo, es necesario trabajar en equipo para buscar lo mejor para ellas y ellos.”.

Y tú, ¿le das una oportunidad a la crianza compartida?

 

¡Vive más seguro