Recuerdo que cuando era adolescente veía en la televisión imágenes de un conflicto en un país de Medio Oriente; no entendía la razón de tanta violencia que se transmitía en el televisor, pero supongo que debía ser algo muy importante como para llevar a cabo ese tipo de acciones.
Los días transcurrían y yo no me perdía los noticieros para saber qué más pasaba en aquel país, y en ellos presentaban testimonios de cómo la gente que habitaba ahí, ya había dejado de estudiar, de atender sus trabajos, la comida se estaba volviendo escasa, inclusive había personas que dejaron de ver a sus familias. Este conflicto les había hecho cambiar radicalmente sus vidas.
Después de tantos meses, empezó a parecerme irreal que las personas no pudieran respetarse entre ellas y aceptar sus diferencias, así como dialogar para intentar llegar a una solución.
Años después, las imágenes de aquel conflicto seguían en mi mente y me prometí hacer algo para fomentar el diálogo entre las personas, y así prevenir conflictos que después pudieran traer grandes desgracias.
Cuando terminé mis estudios, me convertí en docente de secundaria y no había olvidado aquella promesa que me hice, así que comencé a investigar y encontré un concepto del que poco había escuchado, “cultura de paz”.
Al aprender sobre el tema, descubrí que, de acuerdo con Naciones Unidas (1998), la cultura de paz consiste en “una serie de valores, actitudes y comportamientos que rechazan la violencia y previenen los conflictos tratando de atacar sus causas para solucionar los problemas mediante el diálogo y la negociación entre las personas, los grupos y las naciones”.
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También aprendí que la cultura de paz se puede promover a través de fomentar la solución pacífica de los conflictos mediante el diálogo y la búsqueda de consensos, así como el respeto de todos los derechos humanos.
Todas y todos podemos contribuir en la construcción de la cultura de paz. Para ello es necesario mejorar nuestro diálogo, comprensión y colaboración con las y los demás. Recuerda: la paz no significa la ausencia de guerra ni de conflictos, sino la posibilidad que tenemos todas y todos de resolver los problemas que se nos presentan sin recurrir a la violencia.
Por último, si quieres conocer más de la Cultura de Paz, te invitamos inscribirte al curso Transformando Conflictos, en el que conocerás las herramientas que te ayudará a encontrar salidas no violentas ante los conflictos que vivimos día con día.