CULTURA
DE PAZ
La cultura de paz va más allá de la ausencia de guerra
La cultura de paz va más allá de la ausencia de guerra
Te contaré una historia que hasta a mí me sorprende, y eso que soy su autora y protagonista. Todo empezó cuando yo era pequeña...
Desde chavito me pregunté qué distancia habría entre mi pasión y mi meta, crecí amando el futbol, y una y otra vez soñaba con ser el máximo goleador...
El patio de recreo de mi escuela era, como todos los patios escolares, una intensa mezcla de gritos, pelotas volando por aquí y allá...
Recuerdo mi primer parto con sentimientos encontrados: ilusión, felicidad, nervios y miedo. En la sala de partos yo seguí las recomendaciones...
Nos juntamos en casa de mis papás a ver el futbol. Los ánimos estaban divididos porque no todos le íbamos al mismo equipo. Mi hermana, pambolera de corazón, se sentó delante de la televisión para no ser distraída.
¿De qué está hecho este vacío que siento entre mi estómago y el pecho?, a veces creo que es hambre, pero no se me quita...
Yo sí soy de esas chavas a las que les encanta la escuela, pero te voy a decir por qué, no sólo por lo que aprendo...
— Nada, nada; no se diga más, tú eres mi ahijado y en consecuencia, Marcelita también…
— Nada, nada; no se diga más, tú eres mi ahijado y en consecuencia, Marcelita también…