Hijas e hijos adolescentes
Cuando éramos chicas, mi prima Tania y yo fuimos mejores amigas, casi casi hermanas; luego pasamos a la prepa y de pronto ella empezó a ser bien diferente, se volvió muy contestona, ya no quería salir conmigo, siempre peleaba con mis tíos, hasta con mis papás se agarraba del chongo.
No había algo que le pareciera y hasta su forma de actuar y de vestir cambió, yo no entendía mucho en aquel entonces y trataba de apoyarla o al menos escucharla, pero ahora, recordando todo eso, creo que mi prima era una adolescente rebelde.
¿Te suena familiar esta historia? Pues hoy te queremos compartir unos tips si en casa tienes una hija o un hijo que consideras que está siendo rebelde. Con ello, lograrás que las peleas y conflictos disminuyan y conozcas métodos por los cuales te puedas acercar a ellas y ellos. Piensa que es mejor prevenir los problemas a que sucedan, así también aseguras la buena convivencia familiar.
En principio, ten en cuenta que durante la adolescencia las y los jóvenes se encuentran en una etapa de autoconocimiento, por ello, hay que tomar en cuenta algunos de estos puntos con ellas y ellos para que no consideres que por todo son rebeldes.
• Comprensión. Si tu hija o hijo se molestan con facilidad, trata de comprenderla o comprenderlo y dale apoyo con frases como, “comprendo que no quieras hablar en este momento o que te sientas molesta o molesto, sólo recuerda que, si necesitas platicar después, estoy para ti”.
• Valórala y valóralo. A veces, como madres y padres, cometemos el error de compararlas o compararlos “es que fulanita sí se pone las pilas en la escuela”, “es que fulanito sí les hace caso a sus papás”. ¡Evítalo!, tus hijas e hijos son únicos y, especialmente en esta etapa, lo que menos quieren escuchar es justo eso. Están autoconociéndose y es importante que los hagas sentir valoradas y valorados, y sobre todo que los respetas por quiénes son y cómo son.
• Límites. Así como hemos hablado de la importancia de los límites durante la infancia, igual de importantes son durante la adolescencia, claramente no será de la misma forma, pero sí puedes establecer con ellos ciertas “reglas” que preserven su seguridad, por ejemplo, si saldrá con sus amigas o amigos, en lugar de decirle “no llegues tarde”, cámbialo por “te sugiero que estés temprano en casa o si lo deseas puedo pasar por ti”.
• Tengan mucha comunicación. Siempre será indispensable y vital entre las relaciones madres y padres e hijas o hijos, -sin importar si tienen 4, 16 o hasta 25 años-, que sepan que pase lo que pase, tú como mamá o papá, los vas a escuchar y, si es necesario, resolverán la situación.
• Responsabilidad. Durante esta edad, es importante que le enseñes que cada acto tiene consecuencias y que deben hacerse responsables de ellos. No necesitas ser dura o duro con ella o él, pero sí explícales, por ejemplo: “debes saber que no ir a la escuela puede provocar malas calificaciones, te recomiendo que no faltes y hagas tu mejor esfuerzo” en lugar de decirle “si sacas cero te castigo”.
“Como dijimos al inicio, tus hijas e hijos están en pleno aprendizaje de ellas y ellos mismos, ten paciencia, ábrete al diálogo y recuerda que antes de llegar a los conflictos, puedes solucionar las situaciones hablando con ellas y ellos de manera asertiva.”.