En la casa también existe violencia

Y las consecuencias nos pueden afectar a todos

En temas de violencia, nadie está exento. Como dirían por allí: pasa hasta en las mejores familias.

 

¿Quién de nosotros no conoce a alguien a quien su pareja le prohíba trabajar o le tenga el dinero contado?,  ¿a alguien a quien controlen y no sea ella o él mismo en público?, ¿a un vecino que le pega a sus hijas e hijos para “educarlos”?, ¿a una persona de la tercera de edad a quien sus hijas o hijos tienen en el abandono total, o bien, le quitan su pensión sin cubrir sus necesidades?

 

En muchas ocasiones dejamos pasar conductas que nos dañan, nos producen miedo o nos causan pena, sólo porque vienen de personas cercanas que queremos mucho pero esto siempre termina por lastimarnos más, generar crisis, traumas, enfermedades, depresión e incluso hasta perder la vida.

 

Recordemos que la familia es el primer grupo social al que pertenecemos y del que aprendemos conductas que más tarde replicamos con otras personas como amigos, pareja, etc., y tanto los actos positivos como negativos se pueden volver una cadena, ¿cuáles te gustaría replicar o que replicaran tus hijas e hijos?

 

Debes saber que nadie tiene derecho a dañarte de ninguna manera; no por ser tu mamá, papá, tío, tía, hermana, hermano, abuelo, abuela, prima, primo o por tener una relación matrimonial o de unión libre, alguien puede cometer actos de poder o descuido intencional para dominarte, someterte, controlarte o agredirte física, verbal, psicológica o sexualmente.

Es importante romper el silencio, ser violentado por algún familiar no debe ser motivo de vergüenza, ¡busca apoyo!

¡Cuidemos lo que pasa dentro de casa para que se vea reflejado afuera!.