La valiosa labor de una madre

El despertador marcaba las 06:30 cuando comenzó a sonar; de inmediato Antonia se levantó de golpe de la cama para despertar a Ricardo, quien a las 07:30 tiene clase virtual de inglés.

 

– Ricardo, ya levantate y métete a bañar para que me ayudes a pasar a tu papá a la silla

 

– No puedo jefa, tengo clase de inglés y si no pongo atención me puedo llevar la materia

 

Ante la respuesta de Ricardo, Antonia solo movió la cabeza de lado a lado y después de un largo suspiro, se dirigió al refrigerador a ver que quedaba para hacer el desayuno.

 

Posteriormente, Antonia fue a la recamara a pasar a su esposo Juan a su silla de ruedas para que pudiera acercarse al comedor y desayunara con la famlia. No llevaba ni la mitad del plato de chilaquiles, cuando el teléfono de la oficina empezó a sonar.

 

Era el jefe de Antonia, quien de último momento la convocó a una videoconferencia en la cual era indispensable su participación.

 

-Ricardo, ayúdame a lavar los trastes del desayuno que tengo que trabajar

 

– Al rato los lavo, ma

 

Después de poco más de una hora que duró la reunión de Antonia con su equipo de trabajo, se dio cuenta que los trastes aún estaban sucios.

 

– ¡Ricardo, te dije que lavaras los trastes!

 

– Antonia, ayudame a pasarme a la cama que ya me cansé de estar sentado.

 

Tras esta pequeña serie de clamores en el departamento, el teléfono de Antonia comenzó a sonar de nuevo. Una vez más era Rogelio – el jefe de Antonia- quien le solicitó unos cambios en la cotización que trabajaron en la videoconferencia y que le urgían al cliente.

 

Justo cuando ella comenzaba a hacer los cambios que le solicitaron en su trabajo, apareció Ricardo…

 

– Madre, ¿qué vamos a comer? Ya tengo hambre. Ah y te está esperando mi papá para que lo ayudes a acostarse porque ya se cansó.

 

“Tiene hambre, y el otro ya se cansó, ¿qué creen que yo no me canso? Tengo que hacerme cargo de todo en la casa, además de ayudar a Juan con sus terapias y trabajar porque con su pensión no nos alcanza”, fueron las palabras que vinieron a la mente de Antonia.

 

Así como Antonia, las mujeres que trabajan y se encargan de las labores en el hogar, necesitan que el resto de los integrantes de la familia asuman responsabilidades, para poder dejar atrás la idea de que la mujer tiene que hacerlo todo.

 

En el marco del Día de las Madres, en este espacio hacemos un reconocimiento especial a todas las mujeres que como Antonia, nos han dado la vida, nos han educado, nos han aguantado, nos han acompañado en momentos de tristeza, enojo y felicidad, y también han dejado muchos de sus sueños por estar presentes para nosotros, y han tomado la decisión de dedicar su tiempo para acompañarnos en nuestro desarrollo y crecimiento, o bien, a las mujeres que con gran audacia combinan su vida profesional con la personal.

 

Además de reconocer la valiosa labor de una madre, es importante impulsar el potencial de las mujeres en todos los ámbitos, ya que convertirse en madre debería ser una experiencia enriquecedora y grata, y no un impedimento para el desarrollo personal, laboral o académico.

 

Es necesario fortalecer programas que beneficien a las madres que trabajan o que desean continuar con sus estudios, para que también puedan disfrutar de su maternidad y para ello, también es necesaria la cooperación solidaria de la pareja en las tareas de crianza y del hogar.