La impotencia de ser una víctima

¿Justicia por nuestras propias manos?

¿Cuántas veces has visto en televisión noticias sobre la violencia y la inseguridad en las calles?

Tal vez esa clase de hechos ya te parezcan normales, y quizá hasta has tenido que vivirlas en carne propia.

Experimentar asaltos, robos y otros incidentes violentos genera un sentimiento de impotencia, pues nos vemos atados de manos y sin poder hacer algo ante quien agrede; tal vez hayas pensado que la solución sería hacer justicia por tu propia cuenta.

Tu coraje y frustración ante una experiencia de violencia es comprensible y definitivamente es algo que ninguna persona debería sufrir.

¿Qué pasaría si todos hiciéramos justicia por nuestras propias manos?

La respuesta es simple: Violencia genera violencia. Es importante que, si alguna vez sufres lamentablemente una agresión, acudas de inmediato con las autoridades. La mayoría de los delitos no tienen un seguimiento debido a la falta de denuncia. Según el INEGI (Instituto Nacional de Estadística y Geografía) el 93.6% de los delitos que se presentaron no fueron denunciados.Castigar a los delincuentes con nuestras manos implica reaccionar de una forma que generará mayor resentimiento y te pone en un riesgo más alto, de alguna manera estaríamos contribuyendo al sufrimiento social y a que la violencia escale y se normalice.

“La violencia no tiene justificación… nadie nace siendo violento”

Debemos recordar que la justicia debe ir acompañada de autoridad para que todo castigo sea adecuado. Hay que apoyar y solicitar a las autoridades para que hagan su labor y que todo acto que genere inseguridad sea detenido. El cambio se produce poco a poco, no dejemos de hacer: Seamos aliados de la paz, no tomemos la justicia a la fuerza.