Por Armando Vargas Hernández

En la actualidad, la reducción de la delincuencia ocupa un lugar predominante dentro del discurso político a nivel nacional en México; en dicho marco, en los últimos dos sexenios (2012-2018), la prevención no penal del delito se posicionó como una de las estrategias principales contra la delincuencia.[1]

No obstante, aunque la prevención no penal es conceptualmente apropiada para reducir la delincuencia, en tanto que propone evitar que el delito ocurra por primera vez o que persista en el tiempo, existe evidencia que muestra que las principales políticas públicas implementadas en la materia, no intervinieron directamente sobre los delitos más frecuentes.[2]

El presente trabajo se dividirá en tres partes: en las primeras dos, se visibilizarán las características asociadas con el robo a transeúnte con violencia en la Ciudad de México (CDMX), con el propósito de sistematizar información elemental, pero relevante, que pueda contribuir con el diseño de políticas públicas para la reducción de la delincuencia; la metodología es descriptiva y consiste en el tratamiento estadístico, mediante el software IBM SPSS Statics 23, de los resultados de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE), en su edición del año 2018, en particular, de las características de los robos en la calle o el transporte público captados por el módulo de victimización en la CDMX.

En la última parte, se realizará un análisis cualitativo sobre las estrategias en materia de seguridad pública que se han implementado en la Ciudad de México con el propósito de conocer el contenido de las principales propuestas para reducir el robo a transeúnte con violencia.

ANÁLISIS CUANTITATIVO

¿Por qué priorizar el delito de robo a transeúnte con violencia en la Ciudad de México?
 Debido al constante crecimiento de la problemática, las políticas públicas contra la delincuencia deben de adoptar un enfoque esencialmente reductivo que permita concentrar los esfuerzos en los ambientes que en la actualidad son, notablemente, los más vulnerados por la delincuencia.

La evidencia muestra que determinadas actividades delictivas se concentran en territorios con características particulares (Vilalta, 2011), resulta lógico pensar que si la acción de los gobiernos se concentra en estos espacios aumentará la probabilidad de reducir la incidencia delictiva en un menor tiempo; asimismo, además de contar con una perspectiva reductiva, la eficacia de las políticas públicas en la materia puede aumentar si se diseñan estrategias de intervención a partir del entendimiento profundo de delitos concretos, pues no todos cuentan con la misma etiología o los mismos impactos (Vázquez, 2018). Este planteamiento de racionalidad administrativa se fundamenta en un principio de focalización.

Ciertamente un proceso es describir un fenómeno y otro, muy distinto, es explicarlo; no obstante, cualquier explicación necesariamente se encuentra precedida por una correcta descripción (King, Keohane & Verba, 2012). En el marco de este trabajo, la descripción funciona como un punto de partida para conocer los fenómenos delictivos prioritarios y explorar sus características; la descripción entonces permite la construcción de objetos de estudio o variables dependientes socialmente relevantes.

Grafica 1. Fuente: elaboración propia con base datos del SESNSP.

Dentro de los delitos del fuero común, los más frecuentes durante el mismo lapso, fueron aquellos que atentan en contra del patrimonio de las personas, muy por encima de los delitos en contra de la vida y la integridad corporal, la familia, la libertad personal y la seguridad sexual o la sociedad, como lo ilustra la gráfica número 2.

Gráfica 2. Fuente: elaboración propia con base datos del SESNSP.

Por otro lado, los robos representaron el 75% de los delitos patrimoniales. En la gráfica número 3 se muestra el número de robos en comparación con la suma del resto de los delitos patrimoniales, en donde también se puede apreciar el crecimiento de estos ilícitos durante el periodo de análisis.

Gráfica 3. Fuente: elaboración propia con base datos del SESNSP.

De acuerdo con los datos del SESNSP, el robo a transeúnte se posicionó en el cuarto puesto entre los delitos más denunciados en los últimos cuatro años en el ámbito nacional (gráfica número 4), no obstante, al tratarse de un delito que consiste en “la apoderación de un bien o cosa sin el consentimiento del propietario en la vía pública o espacio abierto al público” (Jasso, 2014, p.7)[5] considero que su reducción tiene que ocupar un lugar central dentro de las agendas gubernamentales en tanto puede afectar directamente, a priori, a cualquier persona, en comparación del robo de vehículo automotor, el robo a negocio o el robo a casa habitación, en donde el móvil o el ámbito del delito es un elemento material que no poseen necesariamente todos los individuos.

Gráfica 4. Fuente: elaboración propia con base datos del SESNSP.

Durante este periodo, más del 73% de los robos a transeúnte se cometieron con el uso de la violencia física o emocional; asimismo, de acuerdo con la ENVIPE (2018), los robos en la calle o en el transporte público son los que producen mayor sensación de inseguridad, motivo por el cual conviene priorizar dicha modalidad.

En el ámbito subnacional, Tabasco reporta el promedio de tasa[6] más alto de RTV en el lapso 2015-2018, mientras que la CDMX se posiciona en el segundo puesto.[7]

Comparación entre gráficas 1. Fuente: elaboración propia con base datos del SESNSP.

En Tabasco existen más probabilidades de sufrir un RTV, sin embargo, la CDMX es una demarcación de mayor interés porque en términos de incidencia (números absolutos) se posicionó por encima de Tabasco durante el lapso 2015-2018, con 41 mil robos a transeúnte con violencia, 10 mil más que la entidad del suroeste, es decir, la CDMX ocupa el segundo lugar tanto en términos de tasa como de incidencia. En este último rubro el primer lugar lo ocupa el Estado de México; la CDMX es un caso propicio para abordar tanto el número total de delito como la probabilidad de victimización (comparación entre gráficas 1).

En conclusión, la CDMX toma relevancia para estudiar las características del RTV por la magnitud de la tasa e incidencia que reporta sobre delito.

 Apendice de Notas

[1] En el marco del enfoque de la seguridad ciudadana, la prevención no penal del delito se entiende como “la interrupción del mecanismo que produce un evento delictivo en un sentido amplio y no limitado a la sanción penal” (Ekblom, 2005), mediante un “[…] conjunto de estrategias dirigidas a disminuir la frecuencia de ciertos comportamientos, sean estos considerados punibles o no por la ley penal, a través del uso de instrumentos diversos de aquellos penales” (Selmini, 2009, p.45).

[2] El marco teórico, diseño técnico y planeación financiera de ambas políticas públicas, el cual se encuentra, en el ámbito nacional, en sus lineamientos generales y en sus reglas de operación y, en el plano local, en los anexos técnicos únicos de adhesión, diagnósticos, programaciones físico-financieras, informes de seguimiento y evaluaciones presentados por cada uno de los municipios beneficiarios, durante el lapso 2011-2018, muestra que, aunque dichas políticas tienen el propósito de prevenir la delincuencia, en ningún momento se pretendió intervenir delitos concretos, no digamos los más frecuentes. La información se obtuvo a través de solicitudes de información pública.

[3] El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública publica mensualmente en su página electrónica la incidencia delictiva del fuero común a nivel nacional, con base en las averiguaciones previas iniciadas por cada una de las 32 procuradurías de justicia estatales. Es importante puntualizar que dicha estadística solamente considera el número de delitos denunciados y que no contempla los delitos que no son denunciados (cifra negra) y tampoco incorpora el componente poblacional (tasa delictiva). Se utilizan los datos del periodo 2015-2018 porque corresponde a la nueva metodología para la elaboración de la estadística delictiva.

[4] Los delitos comunes son aquellos que son sancionados por los códigos penales locales y que afectan de forma directa la integridad física o el patrimonio de las personas.

Fuentes de consulta

Brantingham, P. y Brantingham P. (1993), Nodes, paths and edges: considerations on the complexity of crime and the physical environment, Journal of Environmental Psychology, 13, 3-28

Ciudad de México: ciudad de la innovación y la esperanza (2018-2022)

Cloward, R. y Olhin, L. (1960), Delinquency and opportunity. A theory of delinquent gangs, New York, Free Press.

Cohen, L. y Marcus, F. (1979), Social Change and Crime Rate Trends: a routine activity approach, American Sociological Review, 44, pp. 588-608.

Ekblom, P. (2005), Designing products against crime, Collumptom, William Publishing.

INEGI (2018), Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública, México, INEGI. Disponible en: https://www.inegi.org.mx/programas/envipe/2018/

Estrategia para una Ciudad de México Segura y en Paz (2018-2024)

Jasso, L. (2014), Delito y percepción de inseguridad en el espacio público. Análisis espacial de cuatro escenarios urbanos de la Ciudad de México, coloquio internacional de geocrítica.

Moliné, C. (2014), Teorías criminológicas. Explicación y prevención de la delincuencia, México, BOSCH-INACIPE.

Plan Nacional de Desarrollo (2019-2022);

Plan Nacional de Paz y Seguridad (2019-2022);

SESNSP (2018), Incidencia delictiva del fuero común. Registros nacionales, estatales y municipales 1997-2018. Disponible en: http://secretariadoejecutivo.gob.mx/incidencia-delictiva/incidencia-delictiva-fuero-comun.php

SESNSP (2018). Incidencia delictiva del fuero federal 2011-2018. Disponible en: http://secretariadoejecutivo.gob.mx/incidencia-delictiva/incidencia-delictiva-fuero-federal.php

Selmini, R. (2009), La prevención: estrategias, modelos y definiciones en el contexto europeo, Revista Latinoamericana de seguridad ciudadana, 6, pp. 41-57.

Vázquez, P. (2018), “Repensar la prevención de la violencia y la delincuencia en México”, Nexos, disponible en línea: https://seguridad.nexos.com.mx/?p=757

Vilalta, C. (2011), El robo de vehículos en la ciudad de México, Patrones espaciales y series de tiempo, Gestión y Política Pública, Vol. XX,1. pp. 97-139.

Last modified: junio 16, 2020